Filosofia del Liderazgo !

El liderazgo se puede definir de diferentes maneras, en función al entorno individual, educación, puesto actual, nivel de responsabilidad, incluso la infancia y alguna formación específica. Sin embargo la mayoría estaría de acuerdo en que el liderazgo efectivo es generalmente una combinación de características personales y habilidades prácticas.

Habilidades de liderazgo y educación

John R. Ryan en su artículo, "¿Cuál es su mentalidad acerca del liderazgo?" (Bloomberg Business Week, junio de 2009), habla de la falta general de capacitación en materia de liderazgo dentro de la mayoría de universidades de los EE.UU. Ryan sabe de lo que habla. Como ex superintendente de la Academia Naval de EE.UU. y Canciller de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY), fue testigo de dos enfoques de liderazgo radicalmente diferentes.

Cuando en la Academia formulamos a los marinos una simple pregunta: "¿Cuántos de ustedes quieren ser líderes?" Todas las manos de inmediato se levantaron hacia el cielo. Sin embargo, la misma pregunta hecha a los estudiantes de SUNY, reveló que menos de la mitad de la clase indicaba su hambre de liderazgo.

Perplejo, Ryan analizó la dicotomía obvia y se percató de que no era una cuestión de talento o diferencia en la facultad de estudios, ya que ambas instituciones eran iguales en esas áreas, él se convenció de que la diferencia es cuestión de mentalidad.

Como graduado de la Academia Naval, así como ex superintendente, Ryan sabe que el enfoque de la institución está dirigido, más que cualquier otra cosa, al desarrollo de líderes. Por el contrario, la mayoría de los colegios y universidades se centran en el enriquecimiento de los conocimientos y habilidades necesarias que los alumnos requieren para desempeñarse en un lugar de trabajo, ya sea general o específico.

La filosofía de la universidad asume que no todos los estudiantes son adecuadas para el liderazgo. Por desgracia, esta mentalidad obliga a los estudiantes con un talento inherente para el liderazgo a perseguir sus metas de forma independiente, sin el apoyo uniforme de su institución. Esta filosofía genera nuevos retos a los líderes potenciales, en lugar de eliminarlos.

Al parecer, esta filosofía de educación no se limita a los Estados Unidos. Ryan descubrió que este enfoque permea también a centros de educación en todo el mundo. Todas las culturas asumen que no todos son adaptables para posiciones de liderazgo.

La mentalidad determina la filosofía

La profesora de psicología de la Universidad de Stanford, Carol Dweck desarrollo el proyecto de investigación, "Mentalidad: La nueva psicología del éxito". Ella descubrió que la mayoría de la gente muestra, ya sea "mentalidad de crecimiento" o "mentalidad fija".

Aquellos  que adoptan la mentalidad de crecimiento intrínsecamente creen que siempre se pueden desempeñar mejor y que poseen un potencial de alto nivel potencial, con experiencia y liderazgo por explotar. Además, están convencidos de que a través de trabajo duro e incorporando mejoras a las herramientas de su filosofía, se convertirán en líderes respetados.

Por el contrario, las personas con mentalidad fija creen que sólo podrán avanzar tan lejos como su talento natural les permita. Ellos creen que hay un "techo de cristal" que no podrán penetrar a través del trabajo duro, conocimientos avanzados o  superando nuevos retos. Además, la mayoría de estas personas se enfrentan a un temor exagerado al fracaso, cuestión que sólo logra menguar aún más su potencial de liderazgo.

Cambiar de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento puede ser un desafío de enormes proporciones. Dado que una mentalidad evoluciona a partir de numerosas influencias ambientales, normalmente existen fuertes barreras para lograr un cambio significativo. Sin embargo, hay muchas personas que a pesar de esto tienen un fuerte deseo de liderazgo y quieren aprovecharlo. Ante esto, el gran desafío es la simple pregunta: ¿Cómo hacerlo?

La adopción de una filosofía de liderazgo más dinámico

Ryan considera que responder a tres preguntas puede proporcionar la motivación, la información y dar ese impulso para avanzar hacia una mentalidad más avanzada de liderazgo. Considere estas preguntas y sus respuestas honestas le ayudarán a obtener el mayor beneficio del ejercicio.

1. ¿Qué tan exitosamente está gestionando a su equipo, departamento o al talento de su compañía? ¿Usted está consiguiendo el máximo rendimiento de su personal o  tiende a concentrarse en los primeros 10 a 15 por ciento a expensas de los demás?, ¿Se sorprende cuando uno de los miembros "olvidados" del equipo reúne la valentía para expresar su deseo de asumir más responsabilidad?
2. ¿Su cultura corporativa le permite tomar riesgos y cometer errores sin castigo severo? ¿Usted y su organización reconocen que la innovación conlleva riesgos?, ¿Su cultura corporativa entiende las grandes oportunidades de aprendizaje ofrecidas por el fracaso?, ¿Se le anima a adoptar nuevos enfoques positivos hacia los desafíos?
3. ¿Ha evolucionado o vive de éxitos anteriores en su papel de liderazgo?, ¿Se siente como algunas de las personas más ricas o  como los atletas que lo tienen todo, ha perdido el hambre de mejorar y tener éxito? ¿Cree usted, que al haber alcanzado un nivel de éxito elevado ha aprendido todo lo que hay que aprender?

Sus respuestas honestas a estas preguntas deben definir su modo de pensar, la filosofía de liderazgo e identificar las posibles mejoras a su estilo de gestión. Por ejemplo, si usted siente que ha aprendido todo lo que hay que saber acerca de su trabajo, profesión, industria y / o usted mismo, usted está envuelto en una "mentalidad fija"; lo que dificulta su desarrollo personal y profesional como una persona que contribuye y como líder.

Sin embargo, si usted cree que su éxito constante es lo que lleva a más oportunidades de aprendizaje para ayudarle a ser un mejor líder, disfruta de una "mentalidad de crecimiento." Esto debería ayudarle a refinar y mejorar aún más su filosofía de liderazgo y eficacia. Con suerte cuando se mire en el espejo, verá un líder exitoso y con hambre de logros aún mayores.